Cataluña es la región de España que peor evolución ha tenido en los últimos años. Ha pasado de ser una región puntera a ser una región deficitaria, generándose pérdidas de competencia que lastran a toda una población que no va a tener esperanza de crecimiento en los próximos años.
Cabría preguntarse por qué se ha producido esta situación, pero sin embargo, esta misión corresponde a los propios catalanes que son los que van a sufrir recortes de derechos, de prestaciones, de servicios y de mantenimientos del llamado “Estado del bienestar”. Son los catalanes, los que han visto con perplejidad como sus anteriores dirigentes salían de las instituciones con los bolsillos llenos y dejando las arcas no sólo vacías, sino endeudadas hasta límites insostenibles.
Lo increíble es que nadie se ha hecho responsable de la situación tan catastrófica que se ha heredado. Nadie ha pedido responsabilidades por esas actuaciones de carácter político encaminadas a satisfacer aspiraciones de carácter nacionalista, como es el absoluto despilfarro destinado a imponer la inmersión ligüistica a favor del catalán y en contra del castellano, con el gasto descomunal de traductores, rotulación de carteles, letreros, etc. Como las desvergonzadas ayudas destinadas al doblaje de películas en catalán, como la apertura de embajadas en ciudades como New York, Londres, Bruselas, Armsterdan, etc ... , o como destinar dinero para publicitar viejas reivindicaciones victimistas que satisfagan deseos independentistas de un nacionalismo rancio y pacato.
Por no hablar del titánico esfuerzo que han mostrado las clases dirigentes, para evitar que se vuelvan a celebrar corridas de toros en Cataluña, con la excusa del maltrato a los animales, mientras en pueblos de la misma Cataluña se están haciendo perrerías, precisamente con los toros, en fiestas más propias del Paleolítico, que del s. XXI. Pero claro, que la fiesta de los toros, lleve el apellido “Nacional” es lo que les duele, y a por eso han ido, y repito, han gastado todos sus esfuerzos en conseguirlo.
Sin embargo, en otras cosas no parece interesar redoblar esfuerzos y por el contrario se opta por desatender servicios que son básicos para la ciudadanía. Me estoy refiriendo a la sanidad catalana. Los catalanes tienen que soportar la degradación de las condiciones y servicios sanitarios porque sus políticos les dicen que no hay dinero, que la caja está vacía y que hay que recortar gastos para poder salir adelante y mira por dónde, de todo lo que se puede recortar, van y recortan de la sanidad. Sus sueldos son intocables.
Se han suspendido pruebas diagnósticas, se ha reducido la actividad en los quirófanos, existen consultas médicas a medio gas, y para colmo se está viendo afectada la distribución de medicamentos. Los médicos trabajan en condiciones ínfimas y no garantizan una atención correcta en estas condiciones. Nuevamente, los políticos vuelven a ser nuestros peores enemigos y a ver si nos enteramos, que los paganos de todo seguimos siendo los que ante una crisis económica como la actual, nos limitamos a ahorrar, no derrochar e intentar tirar con lo mínimo, pero ellos ... ellos están acostumbrado al coche oficial, a las dietas, al dispendio en todos los sentidos, eso sí, siempre tiran con pólvora del Rey. Claro, es muy fácil, gastar el dinero de todos. Pues nada, tenemos una mafia bien instalada, así que cuando veamos las películas de la mafia, que sepamos que Chicago años 30, no está tan lejos.
jueves, 6 de octubre de 2011
¿Qué está pasando en Cataluña?
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