FRASE DEL AÑO


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"Al político ni agua, y si tiene sed, polvorones".


lunes, 7 de marzo de 2011

Dónde están nuestra libertad e intimidad?

La visión que George Orwell plasmó en su obra 1984, es una visión profética de los años 40 acerca de una sociedad totalitaria.

Creo que en esta obra Orwell no sólo denuncia, sino que también pone de manifiesto como dos conceptos fundamentales y que son intrínsecos a la naturaleza del hombre, son abandonados por el propio ser humano. Me estoy refiriendo por un lado, al hecho de asumir como corderos la pérdida de libertad en cada una de nuestras acciones y por otro lado, exhibir nuestra intimidad de forma pública y notoria.

Estos dos aspectos están muy ligados entre sí y en ellos queda constancia la manipulación a la que nos podemos ver sometidos si no tenemos libertad y no disponemos de espacios de intimidad. Orwell anticipa en su obra las claves de un panorama cada vez más cercano y que ya no nos resulta salido de la ciencia ficción. Es curioso como hay gente avanzada que consigue estar de plena actualidad aunque casi haya pasado un siglo, y como la Historia reivindica su carácter cíclico. Todo se repite y la desmemoria nos aboca a repetir los errores de los que deberíamos aprender.

Si echamos un vistazo a la televisión actual, nos encontramos, cada vez más, con programas que incluyen contenidos que pomposamente se denominan “reality show”, para intentar dar entidad a un contenido que no cuenta, ni con creatividad, ni imaginación, ni destaca por ningún alarde literario o artístico. Como los propios “creadores, y profesionales” que integran dichos programas se hartan de decir, estos espacios reflejan la vida misma, pero yo diría que van un poco más allá. Desnudan al personaje que se adentra en esos programas, hasta el punto de no tener secretos para el resto de mortales lo que le hace invulnerable, ya que los demás tienen toda la más íntima información sobre él. Y lo que es peor, lo empezamos a ver tan normal que como se hacen "famosos" y ganan un dinero, existen cientos de miles de personas cuyo objetivo es participar, sin pensar que, aunque se gane algo de dinero, se pierde lo más intrínseco de cada persona.


Pero mi reflexión no va dirigida a culpar a los gobiernos de la falta de libertad y de intimidad a la que nos someten, sino que va dirigida a culpar a los propios ciudadanos, que dejamos de lado la defensa de estos dos derechos fundamentales. No hemos dado la batalla en defensa de dichos derechos. Hemos asumido la pérdida paulatina de éstos, y con resignación, no sólo los añoramos, sino que en la gran mayoría de las ocasiones, participamos en su desaparición y enterramiento. Todo, menos reivindicarlos y luchar contra aquellos que intentan directa y subliminalmente arrebatárnoslos.

Sin duda, nos interesan otras cosas. Hoy en día nos ponemos en pie y salimos a la calle, por otras cosas demasiado vanales como puede ser, por nuestro equipo de futbol, por nuestro líder religioso, por los carnavales, por el orgullo gay … y seamos sinceros, por poquito más. Cosas vitales para nuestra existencia como la libertad y el derecho a la intimidad deberían ser defendidas inmediatamente que notásemos que pueden ser vulneradas. Pero hemos entrado en una dinámica de adocenamiento y borreguismo, que llegamos a "pensar" que esa defensa es cosa de alguna asociación, de algún político, en definitiva de otro, es decir, alguién saldrá que mis derechos defenderá.

Y si no es así?, y si nadie los defiende?, que por cierto, nadie nos defiende porque es muy fácil venderse al poder, y si se vulneran y atropellan un día sí y otro también?, entonces, qué hacemos?, pues de momento, la respuesta es buscar el teléfono de la cadena de pago que retransmite los partidos del domingo para abonarnos cuanto antes, o cambiar de canal a un debate ficticio sobre un problema inexistente entre personajillos de la prensa rosa. Y poquito más.

Pero no nos damos cuenta lo que está pasando?. Nuestros gobiernos cuentan con medios de localización, escuchas y seguimientos de cada uno de nosotros, que igual que emplean para mejorar la sociedad también son utilizados torticeramente cuando les conviene. Pero ojo, no digo que nos espien, digo que si quieren hacerlo, pueden hacerlo. Y nos tendrían permanentemente controlados. Lo dicho, sin libertad y sin intimidad. Pues encima para colmo, nosotros vamos y se lo facilitamos todavía más. Si ya lo tenían fácil, se lo ponemos todavía más fácil.

Nos registramos en redes sociales donde nos desnudamos con datos muy importantes, rellenamos cuestionarios para multinacionales, a cambio de sorteos que nunca tocan, pero eso sí, nosotros hemos facilitado datos personales que van a parar a bases de datos incontroladas, aunque nos digan que los mismos están protegidos. Y si no lo están?, primero, te tienes que dar cuenta, segundo, inicias una serie de reclamaciones a la atención del cliente, tercero, acudes a alguna asociación de defensa al usuario y cuarto denuncias, y con muchísima suerte, ganas un juicio al cabo de 8 años, y mientras tanto, la empresa ha manejado tus datos como los de los demás, y si pierde un juicio le compensa, ya que ha utilizado otros muchos datos de otros muchos usuarios, con los cuales ha realizado un suculento negocio. Así que uno que proteste, no es problema.

En serio, nos tenemos que dar cuenta, que cada vez más estamos perdiendo nuestra intimidad y por ende, nuestra libertad. Nuestros curriculums corren por la red, nuestras fotos son compartidas, y esto es imparable. Los gobiernos del mundo con el apoyo de las multinacionales son grandes hermanos que nos vigilan y nosotros somos pobres gacelas individuales que estamos a merced del poderoso león gobernante. Pero sabeís qué os digo?. Los culpables somos nosotros. Nosotros nos hemos dejado invadir, pisotear, y manipular, porque el ciudadano empieza a no pensar, ya que en el mundo automatizado en el que vive, quiere que todo se lo den hecho, y hasta el pensamiento está bien cocinado y preparado, listo para abrir, calentar y engullir, y lo demás … pan y circo, que es lo divertido.

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