Atascos. Todo un clásico

Este año, me ha tocado ser víctima de los atascos y me ha ocurrido en la A1 a la altura de Lerma hasta Aranda de Duero. Es verdad que en ciertas fechas, se produce un volumen masivo de desplazamientos y que es difícil dar fluidez ante tanta avalancha. He de decir, que éste no ha sido el caso. A veces se produce la trágica situación de un desgraciado accidente y eso produce retenciones importantes. Tampoco ha sido el caso. En otras ocasiones se pueden producir cortes inesperados por distintos motivos y eso acaba formando un atasco considerable. No es el caso.

En esta ocasión, ha sido el propio Gobierno, a través de su Ministerio de Fomento, el que ha generado estos tapones. Hace falta cojones, que la propia administración sea la que propicie los atascos. Estos son los hechos, vividos en primera persona. Numerosos automóviles atrapados en una caravana formada como consecuencia de las obras que está realizando el ministerio de fomento. Muchos indicadores, muchos muñequitos con la banderita indicando la reducción de velocidad, muchos conos de señales de balizamiento, pero las obras no terminan.

Sé que mucha gente puede argumentar que es bueno que se hagan obras para mejorar las infraestructuras. Ante eso no tengo nada que decir, pero que el marketing de decir que están haciendo obras en beneficio de todos, no lo hagan a mi costa, vale?, porque tiempo han tenido para terminarlas. El problema surge cuando dichas obras se están realizando desde junio del año 2.010 en el tramo que va desde Lerma a Aranda de Duero. Parece increíble pero así es. Con una duración tan exagerada para el parcheo de la calzada, no es extraño que muchos estemos desesperados.


Y he dicho bien, “parcheo de la calzada”, porque es vergonzoso como dejan el firme. Todo lleno de badenes, que en cuestión de menos de un año son baches o agujeros en condiciones. O sea, encima de que nos han tocado las narices durante muchos de nuestros puentes y vacaciones, encima, hacen una obra que pasado un año no sirve para nada, y entonces?, vuelta a empezar. Nueva licitación, concesiones a dedo, mamones que dejan el presupuesto pelao y automovilistas que sufren las consecuencias, y mientras tanto hay una casta que no sólo chupa sino que con todos los desmanes que hacen, no se actúa sobre ellos. Ojo, que estaremos hablando de millones de euros que salen de las arcas del Estado que engrosamos todos los españoles, con nuestros impuestos, eh?

Pero por qué esta gentuza tiene el privilegio de manejar en sus manos tanto dinero, tanto poder, que luego utilizan torticeramente, mientras todos aguantamos callados?. Eso sí, luego ves al ministro de turno, entretenido en dar pullazos políticos a la oposición en vez de preocuparse por dirigir su ministerio en condiciones y que una operación retorno, no se convierta en una procesión infinita. Yo comento lo de la A1, pero según tengo entendido, en otras vías también se han producido estos hechos.

Eso sí, luego tienen la geta de decirnos que bajan la velocidad en las autovías y autopistas a 110 km/h, porque así ahorramos más energía. Y en todos los atascos que se han producido y se producirán hoy, también ahorramos energía?. O sea, modifican una norma de tráfico, saltándose a la torera la Ley de Seguridad Vial, que dice bien clarito, que una norma de circulación a nivel de velocidad se podrá modificar en 3 circunstancias, y ninguna de ellas es la de carácter energético, porque les interesa mucho el tema energético, pero no son capaces de acelerar obras que pueden producir grandes atascos a nivel nacional con el consiguiente despilfarro energético. Eso no.

Pues sabeís lo que os digo. Tenemos lo que nos merecemos. Porque esto, cuando pasen unos días se nos olvida y como viene la semifinal de la Champions con el Madrid – Barça, pues todos a balar, digo a hablar del partido, mientras pastamos, digo, tomamos nuestra cervecita con nuestro aperitivo. Pero eso sí, como el árbitro de turno no saque tarjeta por una entrada normalita, que luego en la 4ª repetición ves que no le ha tocado, entonces, en ese momento, todos los que están en el bar, se levantan como un resorte, poniendo al árbitro de vuelta y media y pidiendo justicia.

En lo que no nos va, ni nos viene somos la leche, pero en lo que nos interesa, ya nos pueden esquilar, que no decimos ni beeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee.