FRASE DEL AÑO


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"Al político ni agua, y si tiene sed, polvorones".


martes, 26 de abril de 2011

La mujer de las rebajas

Por qué ciertas mujeres cuando están mal, anímicamente, dicen que se les quitan todos los males yendo de compras y si es a las rebajas, rejuvenecen?. Bueno, esto, después del enigma de las pirámides de Egipto y del inquietante triángulo de las Bermudas, no cabe duda que es el siguiente enigma más importante en la humanidad. Se sigue investigando este comportamiento pero todavía somos ignorantes con respecto a él.

La “mujer de las rebajas” es una especie que abunda demasiado, y lo que es peor, va en crecimiento. Si formulásemos un símil con el mundo natural, hablaríamos de un ecosistema en el que domina una especie que no cuenta con ningún depredador. Y esto genera que la especie en cuestión se haga fuerte y domine su entorno. Pero conozcamos más a esta especie, “la mujer de las rebajas”. Cuando una individua otea un cartel llamativo en un escaparate, escucha un anuncio radiofónico, ve un espacio publicitario en televisión o un incluso le salta un banner en Internet. Aaayyyyy, amigo!!!!!, cuando ocurre esto, se dispara un mecanismo, que llega desde el cerebro a todos los órganos del personaje y se desata una euforia contenida a modo de olla a presión.

Si observáramos detenidamente, notaríamos ligeros tics en los ojos, manos que no saben dónde posarse, labios mordidos, pies inquietos y un largo etcétera, hasta el punto de no aguantar más y tener que salir de caza. Cómo actúa la mujer en rebajas?. Si va en coche por el centro, no mira por los espejos retrovisores, no pone intermitentes, si dice que pasa, pasa, sólo busca grandes almacenes y tiendas con colores y luces llamativas y sobretodo, con el glorioso cartelón de REBAJAS. Cuando llega a la tienda, no necesita a una dependienta que le indique nada. Ella sabe a lo que viene, y cómo se tiene que desenvolver. Y cómo lo hace?, removiendo compulsivamente montones de ropa. Hay veces que el montón da 5 veces la vuelta y a la sexta, deja de mirarlo y se centra en el de al lado. En serio, generan estrés y mal rollo a quienes nos cruzamos con ellas.


En ese frenesí, realiza una radiografía exhaustiva de sus posibles contrincantes, vamos!!!!, de quiénes son las que pueden tocarle los cojones escogiendo una prenda que le apasione a ella. Y ahí, en ese instante, podéis apreciar la mirada asesina, junto a una respiración jadeante y con los ojos inyectados en sangre. Cuando se encuentra en ese estado pierde los modales, empuja lo que sea menester para lograr llegar a su objetivo antes de que alguien se lo arrebate. Y cuando encuentra lo que busca, no compara, no espera a encontrar algo mejor, sino que lo coge entre sus brazos, protegiéndolo a codazos y llega al probador con 20 prendas y sus respectivas perchas.

Una cosa hay que reconocer, si yo tuviera que probarme 20 prendas en un probador estaría fácilmente entre 5 ó 6 horas. Los probadores son zulos infectos, pequeños y claro, como yo soy alto, moverme en ellos es muy complicado. Huelen mal, pero que muy mal. Es que nadie limpia, perfuma o asea los probadores?, y para colmo, hace un calor asfixiante. Yo sudo sin compasión. Es demasiado. Así que comprenderéis que tarde en efectuar la operación de probarme 20 prendas. Ojo, a mí con una, me basta. Bueno, pues la mujer de rebajas, lo hace en un tiempo de guinness. Enhorabuena!!!! . Chapeauuu!!!!, hay que reconocérselo, no se puede probar más prendas en menos tiempo, pero claro, la adrenalina les sale por las orejas y están tan “exciting”, que rinden al máximo.

Y qué ocurre cuando terminan de probarse las 20 prendas?, pues que ninguna les convence. Oye, pero de 20, alguna valdrá, no?. Pues no. Ni una. Hay que joderse. Hay cien excusas. No me queda bien, el color no me gusta, no me veo con esto … y así hasta 100. Pues nada, sale del probador y zas, todo el montón de prendas pasa despiadadamente a la pobre dependienta que está en los probadores. Y aquí quiero hacer un alto.

Qué es una dependienta?, pues es una persona, normalmente joven, simpática (hay de todo), estilosa, y sobretodo que no pierde los nervios. Es muy fuerte ver como una dependienta deja un suéter doblado correctamente y llega este engendro de la naturaleza y lo descoloca, para en 2 segundos no hacerle ni puto caso. Pero ve una estantería al lado y descoloca 8 modelos, sin pestañear. Creéis que los deja en su sitio colocado. Noooooooo. Lo que ha hecho ha sido extenderlo, y sin mirarlo, porque ya está observando otra prenda cercana, lo deja con desdén, como si fuera un vulgar trapo.

Y entonces, ves a ese ángel, que es la dependienta, doblando la prenda, respondiendo 15 preguntas de 3 mujeres de las rebajas, y contestando al teléfono, en el cual, hay una “mujer de las rebajas” que por estar escayolada tiene que utilizar el teléfono. Por supuesto, eso no le impide volver loca a la pobre dependienta. En fin, y ésta es la fauna que os presento hoy, así que ya sabéis. Estar atentos la próxima vez que salgáis por zonas comerciales. Están ahí fuera. Son “las mujeres de las rebajas”. Yo las he visto.

1 comentario:

  1. Bueno pues yo debo ser la excepción de esa fauna de la que hablas, porque, sinceramente odio ir de compras, me da una pereza brutal y odio comprar por comprar, por muy barato que esté, si no lo necesito o no me gusta, es que paso.

    En fin, como todo en esta vida hay excepciones.

    Bufi.

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