FRASE DEL AÑO


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"Al político ni agua, y si tiene sed, polvorones".


martes, 26 de octubre de 2010

Turismo sexual o depravado

Estamos acostumbrados a escuchar noticias de todo tipo y ya casi nada nos sorprende, pero digo casi nada, porque hay veces que te tienes que sorprender si se tiene un ápice de humanidad. Ayer salía en los medios de comunicación, una noticia sobre Fernando Sánchez Dragó donde se recogía un fragmento de su último libro en el cual confesaba a Albert Boadella que “en un viaje a Tokio se folló a 2 crías de 13 años, una detrás de otra y que le volvieron loco”. No voy a seguir con la transcripción pero dejo el enlace a la noticia para quien lo quiera leer. (http://www.noticiasdenavarra.com/2010/10/23/opinion/columnistas/mar-de-fondo/a-cazar-lolitas).

Dejando de lado al personaje y su historia, a la que no le quiero dar más publicidad, si me gustaría tratar el tema de cierto turismo sexual pervertido hasta las entrañas y que no le veo mucha solución, salvo que las autoridades internacionales se impliquen más en perseguir estos actos delictivos en paraísos sexuales.

Al amparo de regímenes pseudodemocráticos pero en la práctica corruptos hasta el tuétano en todas sus estructuras de poder y cuyo PIB está sustentado en unos ingresos que proceden del turismo, cada día, y va en aumento, centenares de miles de personas se desplazan a estos países para realizar sus más pervertidas fantasías sexuales.


Por supuesto, no podemos esperar ningún tipo de control en países que actúan sin escrúpulos, para atajar este tipo de problemas, es más, los defienden y protejen. De todas formas, analizando más profundamente las causas que acaban siendo cultivo de todas estas conductas, son varias las circunstancias que favorecen estos hechos.

Por ejemplo, el deterioro moral que sufre la sociedad en general, por un lado, los que pagan y que proceden de países desarrollados y ricos y buscan experiencias que en su país son delito sin ambiguedades y por otro lado, los que instalados en un entorno de miseria moral y económica son capaces de vender y utilizar a sus hijas en un negocio repugnante a cambio de unas monedas, porque esta gente seguirá viviendo en la miseria toda su vida, pero la única forma que parecen haber encontrado para tener algún que otro “lujo”, es tener hijas y en cuanto pasan de 11 años venderlas echándolas en manos del primer traficante de trata de mujeres que se ponga a tiro, cosa nada difícil.

Anteriormente, la vida de estas chicas no ha sido un camino de rosas, todo lo contrario. Sin escolarizar, cuidando de hermanos menores, trabajando en todo tipo de tareas tanto en casa como fuera, cobrando miserias indecentes, así es como se van vadeando en la vida, desarrollando enfermedades relacionadas con la desnutrición, enfermedades respiratorias crónicas y cuando están preparadas para ejercer una actividad sexual, acabarán desarrollando enfermedades venéreas.

Familias consentidoras y que participan en el negocio, desarraigo familiar, con 11 años han visto más cosas que nosotros con 60. No hay derecho, pero lo cierto es que millones de niños en el mundo crecen con esta desgracia. Hasta cuándo?, seguramente lo harán siempre, porque si hay oferta es porque hay una demanda que lo pide, y que llegan desde distintas partes del mundo para liberar sus mentes enfermas. Gente que trabaja a diario en puestos de responsabilidad, que mantienen relaciones sociales respetables, que llevan un ritmo de vida desahogado y hasta caprichoso, y que por eso no dudan en dar rienda suelta a sus instintos más bajos y putrefactos.

Independientemente de la nacionalidad, lo que aterra es saber que en países desarrollados de la Europa Occidental, EE.UU o Japón también se dan estas prácticas, por supuesto mucho más encubiertas e incluso a nivel más privado. Me gustaría saber cuál es el destino último de tanto niño desaparecido y qué tipo de gente está implicada en estas desapariciones, en estos destrozos de familias, en esta pérdida de valores morales, éticos, en definitiva, humanos, porque hay que ser una alimaña para cometer este tipo de actos con niños y que la conciencia no se resienta ni un poquito.

Que parte de la población esta enferma hay que asumirlo. Así es y mecanismos existen para intentar paliar las consecuencias que ello supone. Lo peor es saber que hay enfermos que campan a sus anchas y que lo hacen a costa de indenfensos. Triste, triste, penoso y en última instancia vergonzoso para todos. Y que todavía nos estemos planteando si hay que implantar la cadena perpetua, o no? Lo siento, pero en este y en otros temas, las dudas sobran.

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